Aquí estamos de nuevo, con la sempiterna ilusión de inundar la ciudad de poesía, aunque con el roce del desaliento en la carne. El festival se materializa de milagro, esperemos que vengáis y nos deis mucho amor, porque creemos en los milagros y necesitamos dar poesía más que nunca, llama y refugio.
Este año somos propensos al cataclismo. Muchas cosas están en la cuerda floja, nuestra propia supervivencia, nuestros corazones e ideales, nuestra voz, nuestras aguas y nuestros bosques, nuestros bolsillos, el papel de los libros, la energía que nos mueve, nuestro libre albedrío, ...
Nos inspiramos en el tremendo poema de Cristina Peri Rossi que nos impulsa a sobrevivir, a sacar el paracaídas, aunque en ocasiones no sepamos muy bien si abrirlo. Caer. Rozar la catástrofe … puede ser vigor, aliento, desafío.
La pasión
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
Y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.